«Uno tras otro, fueron cazados».
Los
horripilantes seres de olor nauseabundo iniciaron la cuenta regresiva. Despavoridos
corrieron una decena de infantes, y es que aquellos monstruos, les habían
prometido permanecer con los ojos vendados. Tratarían así de atraparles para
hacer parecer justo y ameno el juego.
Unos cuantos volvieron sobre sus pasos e intentaron
trepar la barrera, pero fueron alcanzados. Otros corrieron por la costa gritando
por ayuda. Sin embargo, sólo consiguieron ser ubicados por el ruido que emitían.
Uno tras otro, fueron cazados.
Dos de los niños restantes, se precipitaron al mar turbio
y helado. En eso, escucharon un siseo detrás de ellos. Sin poder nadar lo
suficientemente rápido… De pronto, la cabeza del chico más rezagado se hundió.
Ahora era el turno del siguiente.
FIN
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