20 abril 2019

Concurso Crehana



¡Hola!
Espero que estés disfrutando de las vacaciones. Si te tocó trabajar... ni hablar, ya te tocará un merecido descanso.

Como preludio de lo que me orilló a crear la ilustración te quiero contar mi experiencia de cuando uno mismo se pone barreras, y te invito a vencerlas para seguir creciendo, aprendiendo y avanzando. De eso se trata la vida.


Pasaron cerca de diez días desde que vi el anuncio del concurso.
La idea de participar no dejaba de rondarme la cabeza, pero cada vez tenía menos tiempo; sin mencionar la muy baja probabilidad de siquiera salir como finalista entre los 420,000 participantes, todos con el mismo objetivo: GANAR.

No obstante, quería intentarlo. 
Intervenir el isotipo al gusto sonaba interesante y sobre todo era algo que podía hacer. Al principio pensaba que la cuestión que me detenía era el tiempo (primera excusa). Sin embargo, el verdadero problema afloró. 
¿Quién podría asegurarme que lo que creara, sería lo suficientemente bueno? (segunda excusa).

Bueno, aunque tarde un poco en descubrirlo la respuesta era simple: NADIE. Nadie más que tú lo sabe. Eso, sólo tú lo puedes determinar, nadie más. Ni un jurado, ni tus amigos, ni tu competencia. 
Tu trabajo será considerado bueno sólo si estás contento con él, si hiciste hasta lo inimaginable por mejorarlo y trabajarlo. Si te divertiste al crearlo, al final te quedarás con la sensación de satisfacción, la cual surge de un trabajo bien hecho.

Así que con la fecha límite pisándome los talones y aclarando sobre la marcha mis continuas dudas existenciales, vacilaba entre diseñar otro boceto o  abandonar la absurda idea de participar. 
—Mejor lo dejo. Participaré después, cuando esté más preparada... me dije desanimada, subrayando la falta de experiencia en estos aspectos. (Esa fue mi tercera excusa).

En una de esas ya para rendirme por fin, miré una vez más las bases del concurso y caí en cuenta de algo. El hastag decía #crece y yo estaba dispuesta a equivocarme, crecer y aprender, todo eso con el fin de adquirir experiencia ganara o no.

Mentiría si te dijera que no me daba cuenta de que me estaba auto-saboteando. Al final no quería arrepentirme por no haber participado y dejar pasar la oportunidad. Uno nunca sabe. Ahora mi conciencia ya está tranquila, al menos en un futuro no me podrá reclamar sobre esto. Lo hecho está hecho.

*Aprovecho este espacio para agradecer a las personas ajenas a mi círculo social, las cuales me hicieron saber cuánto les gustó el diseño. Es realmente grato saber que cuento con su apoyo, me impulsan a mejorar y espero servirles de inspiración así como otros grandes artistas lo han sido para mí.



¡Gracias por leer hasta aquí!


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